miércoles, 23 de septiembre de 2009

Discos convertidos en películas (o películas convertidas en discos) parte 1: Una breve mirada a la historia.

úsica y cine han ido de la mano durante los últimos 100 años, algunas veces el cine imita a la música y otras veces el flujo va hacia el otro lado. La contribución más notoria es la banda sonora, la cual, con el paso de las décadas ha ido modificándose, transformándose…evolucionando.

Si hasta fines de los 60, el común denominador era que la banda sonora fuese compuesta especialmente para la película, época en la que brillaron grandes compositores como Maurice Jarre (Lawrence de Arabia, El doctor Zhivago), Bernard Herrman (El ciudadano Kane, Vértigo, Psicosis) o Elmer Bernstein (Los diez mandamientos, Los siete magníficos, Matar a un ruiseñor), las décadas venideras experimentarían un cambio significativo, el cual, con el paso del tiempo, produciría nuevas vertientes de colaboración música/cine.

Dicho cambio tuvo su punto más notorio en 1973, con la aparición de “American Graffiti” (George Lucas), película ambientada a comienzos de los años 60 y que ocupa sólo éxitos musicales de dicha época para su ambientación musical. Es así como American Graffiti es considerada como la pionera de los soundtracks de grandes éxitos.

Pero poco tiempo antes de dicha experiencia, ya se estaban realizando cambios. En 1967, la banda sonora de “El Graduado” (Mike Nichols) no es realizada por un famoso compositor ni mucho menos. El dúo folk-rock Simon & Garfunkel fue el encargado realizar este soundtrack, del cual saldría una de sus canciones más emblemáticas: Mrs. Robinson. Luego, en 1969, Stanley Kubrick se encargaría de dar otro giro al género, combinando grandes piezas de la música clásica (“Also Spracht Zarathustra” de Richard Strauss y “The Blue Danube” de Johann Strauss II) con música incidental escrita por György Ligeti en su afamada 2001: A space Odyssey.

En la actualidad no hay una vertiente que lidere sobre las demás. En el cine existe cabida para todas las expresiones musicales, es por eso que aún tenemos a grandes compositores con mucho trabajo. John William, Ennio Morricone, Hans Zimmer, Danny Elfman, Clint Mansell, todos estos comenzaron o tuvieron su mayor momento de gloria después de la irrupción de los grandes éxitos de la música en las bandas sonoras; Grupos como Toto (Dune de 1984)) y solistas como Bob Dylan (Pat Garret y Billy the Kid de 1973), John Bon Jovi (Young Guns II de 1990) y Eddie Vedder (Into the Wild de 2007) siguieron el ejemplo de Simon & Garfunkel y prestaron su talento musical para dar vida a bandas sonoras completas, mientras otras megaestrellas como Jamiroquai, Byonce, Bruce Springsteen y los Smashing Pumpkins aportaron con una canción original a distintos soundtracks.

Y asi, las cosas también se han ido mezclando.

Tenemos el caso de Clint Eastwood, prestigioso actor y director de cine, el cual también se ha involucrado en la creación de bandas sonora, es así como la música de películas como Unforgiven (1992), Bridges of Madison County (1995) y Mystic River (2003), entre otras, son de su autoría.

Vangelis es otro caso particular. Este compositor griego es tan conocido por sus discos de estudio como por sus bandas sonoras, entre las que se destacan Chariots of Fire (1981), Blade Runner (1982) y 1492: A Conquest of Paradise (1992). Y como él, compositores como Phil Collins y Elton John han pasado sus últimos años de carrera entre los discos de estudio y las colaboraciones para bandas sonoras.

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