Mi director favorito, absolutamente.
Stan (seamos patudos, si que tanto, ya está muerto) entregó un puñado de grandes películas, de esas que si o si tienen que ser tus favoritas.
En 2001: A Space Odyssey (1968) nos entrega una versión demoledora de la vida fuera de esta pelota azulada. Es, a la misma vez, un retrato magnifico de nuestro muy limitado conocimiento sobre nosotros mismos como raza humana. (de donde venimos y hacia donde vamos).
Lo que más amo de la película: la primera sección (The Dawn of Men) y la banda sonora.
(tiendo a escribir mucho sobre esta película asi que traté de hacerla corta)

The Shining (1980) no es para nada una versión inmaculada de este clásico del maestro Stephen King llevada a la pantalla. Es una propuesta arriesgada que solo un tipo con el carácter de Kubrick podría haber llevado a cabo (De hecho, Stephen King quedó muy disconforme con la adaptación...genios, quienes los entienden). Lo que más amo de The Shining: Sin duda las escenas hechas con la Steadicam(ej. Danny paseando en su triciclo por los pasillos del Overlook).
En el drama bélico Full Metal Jacket (1987), Kubrick se adentra en un género del cual se vive de grandes presupuestos, propaganda armamentista e historias heroicas. Obviamente Stan hace lo contrario y cuenta la historia de la deformación humana producto del entorno hostil (la primera sección de la película, ambientada en el campamento militar) y una guerra que sólo los convertidos en "maquinas para matar" (en otras palabras, los que se tragaron toda la propaganda norteamericana pro guerra de vietnam) le veían sentido alguno. Es una mezcla de Apocalypse Now con Pelotón, pero a la Kubrick. 
Dr. Strangelove (1964) me saca de esas risas bien ganosas. Con un argumento que a primera vista parece de lo más ridiculo, esta comedia de equivocaciones no es la típica comedia de equivocaciones donde toda situación es exagerada y los personajes son graciosos por sus dialogos rematados con chistes imbéciles. Es una comedia de equivocaciones porque todo lo que puede salir mal, sale mal y te ries, básicamente porque es lo mejor que puedes hacer en momentos tan tensos como durante una alerta roja por bomba hidrógeno. Los diálogos son simplemente magistrales y la actuación de Peter Sellers es simplemente descollante (me quito el sombrero también ante George C. Scott). Lo que más amo de la película: Las conversaciones telefónicas entre el Presidente de USA y el Presidente Ruso.
La verdad podría hablar maravillas de Spartacus (1960), Eyes Wide Shut (1999), Barry Lyndon (1975), Lolita (1962), Paths of Glory (1957), Killer's Kiss (1955) y por supuesto sobre la extraordinaria A clockwork Orange (1971), pero para qué si el punto ya se entendió. Stan fue un maestro, para mi, el mejor director del siglo pasado.
martes, 28 de abril de 2009
El Gran Stan.
martes, 21 de abril de 2009
Radiohead en Chile

jueves 26 de marzo, 2009.
Miramos las entradas (Camila y Moi) y el "Golden Circle" escrito en el costado derecho nos hacía un guiño más que sugerente.
Desde muy temprano estábamos preparados, no por nuestro fanatismo, sino que antes de llegar al nacional teníamos un compromiso: Un asado con mis compañeros de curso.
Luego de los choripanes y la cerveza partimos raudos en metro. fueron 30 minutos de estación central hasta irarrazaval donde nos preguntábamos ¿irán a tocar my iron lung? ¿irán a tocar just? ¿tocarán 2+2=5? Una conversación un tanto forzada porque ya nos sabíamos el setlist de Mexico y era obvio que la variación no iba a ser sustancial (y de hecho no lo fue, aunque pienso que el setlist de la primera noche de santiago fue el mejor de toda la gira latinoaméricana). Del metro, una micro hasta grecia con pedro de valdivia: 10 minutos. Ya estando ahí comienzas a sentir eso que no habías querido sentir durante tantos meses (teníamos la entrada desde diciembre), ansiedad. El cucharón late con una rapidez inucitada, sientes calor, te dan ganas de ir al baño, bah...todas esas tonteras. Producto de dichas tonteras, no disfruté mucho la espera, tanto así que kraftwerk, a pesar de tenerles un profundo y sincero respeto, me llegó a dar lata (menos en tour de france, aerdynamik, the men machine y the robots).
Pasado el tramite (espero no sonar despectivo con dicha aseveración) vino la emoción, la emoción del "falta poco" y del "wn, están probando la bateria!".
La primera gran impresión de la noche: Los pilares blancos que comienzan a tomar sus posiciones definitivas.
Impresión seguida: Dichos "pilares" corresponden al monstruoso juego de luces (a mi opinión, tecnicamente, lo mejor del show) que trae la banda. Todos quedamos boquiabiertos.
Y...
Ya es hora. De un momento todo el mundillo de golden (tan critiado por su falta de entusiasmo) se comienza a aglutinar. Afortunadamente Camila y Moi quedamos MUY cerca del escenario (calculo 5 a 6 metros), por lo que, en un momento el aglutinamiento nos afectó de sobremanera.
Se apagan las luces por un segundo, se vuelven a prender. Los suaves de la guitarra de jonny greenwood comienzan a retumbar, sin duda es 15 step. El aglutinamiento incómodo se transforma en una guerra de codazos, manotazos, rodillazos y saltos incómodos. Los primeros 2 minutos fueron asi, muy muy incómodos. Tratar de cantar a la par con Thom Yorke se hizo imposible (que lastima, es una muy buena canción y no la disfrutamos).
Siendo el público de Radiohead (y el público de los GOLDEN, VIP, Y WEAS SIMILARES) un público no acostumbrado a incomodidad, el segundo tema (temazo) airbag fue absolutamente disfrutable. Para mi, ahí recién comenzó el recital. Fue una versión, diría yo, mucho mas limpia que la versión del Ok Computer, con un Thom Yorke y un Colin Greenwood más que inspirados.
"Crazy" exclama Thom, preambulo para There There. Para mi, fue uno de los temas que más disfruté, uno de los puntos altos. Sin duda es de esos temas que hay que escuchar en vivo. Ed O'brian y Jonny se lucen detrás de los "auxiliar drums" y se nota que la banda gusta mucho de interpretar este destacado del hail to the thief. Y LAS LUCES? simplemente la raja, pasaron de un suave azul a un potente rojo para el final de la canción.
Aqui comenzó nuestro calvario. Thom emputecido por la falla en un computador que tenía en el suelo. Entró y salió durante varios minutos. En el publico se escuchaba "puta, tenía que pasar en chile, obvio" y "no creo que se vayan...o si? O SI?". El profesionalismo de la banda hizo que los temas pasaran y que el recital siguiera de forma mas o menos tranquila. En ese lapso desfilaron All I Need, Nude (mi favorito del in rainbows), weird fishes y the gloaming. También hace su aparición el "himno naional". The national anthem, tema tan esperado por todos y que cumplió a cabalidad. Thom se roba la pelicula con sus bailes epilepticos, ensalsados con un colorido telón de fondo (nuevamente las luces son el factor x, aportando magia y ritmo). Faust Arp y Karma Police, un pequeño gran momento de regocijo para aquellos amantes del Ok Computer, no soy gran fan de este tema, asi que me lo tomé con calma (igual les salió la raja, hay que decirlo).
Luego, mi momento magico. El trio conformado por Optimistic, Pyramid Song y Reckoner fueron, para mi, la parte mejor lograda del show. Musicos inspirados, públio rendido, ambiente agradable, por esos 13 o 14 minutos todo salió a la perfección, considerando que hasta unos 3 temas atrás temíamos por una posible cancelación del show producto de las pataletas de Yorke.
La primera parte termina de la siguiente manera: Jigsaw falling to pieces, Idioteque (tal vez la mas saltada en golden), bodysnatchers y la gran How to disappear completely.
La banda se retira y se escuchan los "la cagó", "maestros" y los primeros "no nos vamos ni cagando". No se hicieron mucho de rogar. Volvieron para hacernos rockear.
Una perfecta interpretación de house of cards da paso a la gran sensación de la noche: Just, del tan esquivo (en cuanto a interpretaciones en vivo) The Bends. Momento para gozar y bacilar, eso fue exactamente lo que se hizo en cancha, un bacilón de aquellos. Con videotape y a wolf at the door era obvio que se venía un gran exitazo, y los radiohead no se fueron con chicas. ¡Venga Paranoid Android! Y Dios salve el show de las luces, que magnifica interpretacion, en todo sentido.
Volvieron a desaparecer.
¿Terminó?
¿LA DURA, TERMINO?
No, mijo, esto estaba lejos de terminar.
Volvieron a saldar un par de cuentas. El segundo encore fue un "solo-para-fanáticos", con you and whose army (me sentí muy solo cantandola...nadie se sabía la letra, que lata) y el show personal de thom, jugando con una camara en el piano, haciendo muecas al publico y riendose de los piropos que le lanzaban. sin duda el momento más intimo y complice de toda la velada. 2+2=5 (mi sueño hecho realidad)con phil sylway en su mejor momento, Everything in its right place, y una interpretación de aquellas, de esas para decir ¡no más weon! (pero en el fondo diciendo "igual te la podi tocar de nuevo, o no?) y la guinda de la torta: Creep. Que importa si la tocaron de mala gana, que importa si se notó que fue una petición de los productores, que importa loco! escuchamos Creep en vivo. Ya después de eso puedes dormir tranquilo, levantarte y dormir tranquilo, levantarte y dormir tranquilo, asi hasta el día de tu muerte.
Grande Radiohead. Ojalá vuelvan pronto. (en serio, vuelvan!)
sábado, 18 de abril de 2009
Kiss en Chile.
Viernes, 3 de abril, 2009.
No es “damas y caballeros, con ustedes KISS”, ni “Lo que todos ustedes estaban esperando, los fabulosos KISS”. La cosa es así: “Allright Santiago! You wanted the best, you got the best. The HOTTEST BAND IN THE WORLD! K I S S ! ! !
Se notaba que iba a ser una noche de aquellas. En la micro me encontré con un loco terrible de loco, de esos que escuchan metal extremo pero no pueden faltar a un buen concierto rock and roll. Hablamos del recital de Maiden de la semana anterior, de lo genial que había sido, de lo bacán que se había escuchado. El me dijo que estuvo todo el rato adelante, que le pego como a 4 chascones y que casi se acrimina con uno (obviamente le creí la mitad del discurso).
Nos bajamos de la micro y fuimos directo al super (un ekono). ¡Penca! No estaban vendiendo cerveza. Caminamos y encontramos una boti, compramos una escudo y muy sueltos de cuerpo nos fuimos con la cerveza en la mano camino al estadio. No pasaron ni 10 metros y desistimos del plan A, los pacos andaban muy pacos, dimos media vuelta y decidimos buscar un lugar cercano para darle el bajo a nuestra bebida. El único lugar disponible era detrás de unos arbustos. El lugar ya estaba ocupado por otros 2 locos en la misma parada (pero ellos con latas). Como buenos hermanos rockeros no hicieron atado y nos invitaron a unirnos a la dinámica etílica. Ya cumplido el rito me fui con el loco terrible de loco y estos dos locos (mucho mas piola), hablando de la posible venida de AC/DC a fin de año (“Si weon! Sería la raja esa wea” y cosas así). Llegamos al estadio, muy lindo a todo esto, y nos metimos a la cancha. El loco terrible loco dijo “ya compadre, yo me voy para adelante a pelear, el que quiere me sigue”, ninguno de los 3 lo seguimos. Los otros dos locos más piola se quedaron en la mitad de la cancha, sacando fotos y cosas, yo me iba para adelante, lentamente.
No sabía que había una banda telonera. Era racimo. Los cachaba de nombre nomás. Lo mejor de todo fue que la hicieron corta.
Se acercaba la hora.
En 10 minutos antes de que empiece el concierto te pones nervioso porque ya sabes que el grupo está detrás del escenario. No como media hora atrás que capaz que todavía estuvieran en el hotel, o quién sabe dónde. Miras a tú alrededor y todas las caras (en este caso, muchas de ellas pintadas) se ponen tensas. La gente comienza a moverse nerviosamente, a saltar, a apretujarse. Se escuchan cosas como “Se viene, se viene”, “ya pues weon oh, salgan luego” y “ya estamos listos, último tema y se apagan las luces”
Qué gran sensación cuando se apagan las luces.
Se van las luces, un leve silencio y por fin escuchas lo que has esperado toda la noche: “Allright Santiago!!!! You wanted the best!, you got the best! The hottest band in the world!!! KISS!!!!!!!” Comienza “Deuce” y te vuelves un animal. Es hora de saltar, maldecir y corear uno de esos temas que nacieron para ser tocados en estadios. Kiss entrega una versión fuera de serie, los fuegos artificiales (que volvemos a ver una y otra vez durante todo el show), el despliegue escénico y la clásica coreografía final de Gene, Paul y (esta vez) Tommy. Magnifico.
Así fueron desfilando éxito tras éxito. Pasaron Strutter, Got to Choose, Hotter Than Hell, Nothin’ to Lose, C’mon and Love Me, todos ejecutados a la perfección. Mi segundo momento preciado fue el momento de escuchar una de mis canciones favoritas de Kiss: Parasite. Fue la séptima en aparecer y sonó justo como lo esperé. Para ese instante supongo que el loco terrible de loco ya se había pasado para cancha vip y los otros locos mucho mas piola me los imaginaba en el mismo lugar en que los dejé, a la mitad de la cancha, sacando fotos. Yo ya estaba bien cerca, me movía con la masa pero siempre procurando ir hacia adelante.
Luego vino She, el extraordinario solo de Tommy Thayer, con interpretación de la sinfonía n° 5 del gran Ludwig Van (como diría Alex Delarge) y una guitarra cargada de fuegos artificiales.
Cada vez más adelante. Ahora, a mi izquierda un grupo de “dieciseisañeros” y a mi derecha, un Gene Simmons moreno, como de 30 y tantos.
Siguieron 100.000 Years, Cold Gin, Let me go Rock n Roll y la poderosisima Black Diamond. Justo cuando la noche no se podía poner mejor, suenan los acordes de la única e indiscutible canción reina de todos estadios del mundo. ¡Rock and Roll All Nite! Y viva la catarsis colectiva. En ese momento te agradeces por haber comprado la entrada, las 25 lucas mejor gastadas de tu vida, sin duda. Te sientes parte de un todo. La masa que antes se movía de forma incómoda, ahora lo hace de a grupitos, todos abrazados, saltando y coreando el clásico “I wanna rock and roll all nite, and party everyday”. Yo no fui la excepción, y creo que nadie en ese estadio se sintió apartado, éramos todos un solo ente que se sorprendía que gritaba fuerte en cada explosión de fuegos artificiales y se rendía ante estos cuatro monstruos del rock. Sin duda el punto más alto de toda la noche.
Un rato para descansar, que se hizo demasiado corto (todos estábamos cansados, pero queríamos gozar mucho más) y los rockeros salen nuevamente a escena para tirar toda, TODA la carne a la parrilla. Solo exitazos: Shout it Out Loud, Lick it up, un solo de Gene a 6 metros de altura simplemente monstruoso, con levitación y sangre incluida, I Love it Loud y la excelentísima performance de I Was Made For Loving You. Todo esto para dar paso al momento más emocionante de toda la noche para los que estuvimos en cancha: La interpretación de Love Gun, con el show de Paul Stanley, volando por sobre nuestras cabezas (para los que quieran captar este momento: http://www.youtube.com/watch?v=4DAub4LMpWw porque yo no me atrevo a describir cómo fue ese momento).
Todo termina con Detroit Rock City, un perfecto adiós para el que sin duda ha sido el mejor show al que he asistido. Unos músicos notables, un espectáculo de primera línea, Gene Simmons con una voz que definitivamente me sorprendió (yo pensaba que cantaba a penas, pero para nada, canta la raja en vivo) y Paul Stanley adueñándose de la multitud.
Espero que cumplan la promesa de venir el próximo año, de ser así compraré cancha vip.
jueves, 16 de abril de 2009
Fe de Erratas: Pink Floyd es una gran banda.
“- ¿Te gusta Pink Floyd? No, me carga que sus discos sean tan “conceptuales”, ¡que conceptuales! Fomes y punto.”
Ese era yo hasta hace un par de años.
Mi primera confesión es que nunca escuché un disco completo de Pink Floyd hasta hace unos dos años. Lo que me llevó a hacerlo fue la curiosidad y el resultado, en primera instancia, no fue satisfactorio. El disco escogido fue “Atom Heart Mother”. No logré percibir la gran vibra que todo el mundo percibía al escuchar una canción de 24 minutos (“Atom Heart Mother Suite”), pero con “If”, “Summer 68” y “Fat old sun” logré soltarme lo suficiente como superar el viaje soñoliento que se me hizo "Alan's Psychedelic Breakfast" (13 minutos). Como digo, esta fue mi primera experiencia escuchando un disco completo de Pink Floyd.
Segundo intento: “Wish You Where Here” ¡Qué cambio más radical! A pesar que el track 1, “Shine on your crazy diamond” (pt 1-5) dura 13 minutos, éstos fueron de puro trance. Escuchar los lejanos punteos de David Gilmour te relajan de forma casi absoluta. El tema funciona de forma perfecta, su atmosfera creada a base de teclados y sintetizadores, las maravillosas coristas de fondo (Vanetta Fields y Carlena Williams) y la coronación del gran Dick Perry en el saxo.
Y por fin lo entiendo. Por fin me llega el mensaje. Este también es rock, no es el rock simple y directo de AC/DC, sino el rock envuelto en una serie de capas sónicas de Pink Floyd.
“Me gusta, me gusta harto”. Que más se puede decir de este disco. “Welcome to the machine” fusiona de forma exquisita los sintetizadores con una paciente guitarra clásica. “Have a Cigar”, con un beat más clásico, casi “beatlesco”, logra dar humanizar los hasta ese entonces robóticos sonidos emitidos por los sintetizadores, transformándolos en un instrumento como cualquier otro.
“Wish you where here” es simplemente espléndida, no hay otra forma de describirla y si alguien piensa lo contrario debería hacer una cita con su otorrinolaringólogo, onda ahora mismo. A medida que el disco pasa las líneas de bajo de Roger Waters se vuelven sutiles, pero esto solo ayuda a incrementar la belleza interpretativa de este pedazo de músico. Gilmour por su parte, se vuelve magnifico con sus solos perfectamente ejecutados y con el delicado rasgueo de Wish you where here. La segunda parte de “Shine on…” (pt 6-9) no destiñe y logra confirmar la magnificencia de un álbum perfectamente concebido.
De ahí en adelante todo disco que tenía “Pink Floyd” en la tapa se me hizo un viaje placentero. Pasó el “Animals” con resultados muy parecidos al “Wish you…”, así también como el “The Wall”, “More”, “Meddle” y “Ummagumma”, siendo el momento de mayor éxtasis la primera escuchada de The great gig in the sky del maravilloso “Dark Side of the Moon”, para mí el mejor álbum de Pink Floyd. A tanto ha llegado mi gusto por esta banda que hasta los criticados últimos dos discos oficiales de la banda, “A momentary lapse of reason” y “The Division Bell” los encuentro muy, muy buenos. De hecho “Learning to fly” (track 2 del “A momentary…”) es mi canción favorita de Pink Floyd.
…Vaya, tengo canción favorita de Pink Floyd, algo impensable hace un par de años…que raro es todo esto. Raro, pero de todas formas se siente bien, demasiado bien.
