jueves, 16 de abril de 2009

Fe de Erratas: Pink Floyd es una gran banda.


“- ¿Te gusta Pink Floyd? No, me carga que sus discos sean tan “conceptuales”, ¡que conceptuales! Fomes y punto.”
Ese era yo hasta hace un par de años.
Mi primera confesión es que nunca escuché un disco completo de Pink Floyd hasta hace unos dos años. Lo que me llevó a hacerlo fue la curiosidad y el resultado, en primera instancia, no fue satisfactorio. El disco escogido fue “Atom Heart Mother”. No logré percibir la gran vibra que todo el mundo percibía al escuchar una canción de 24 minutos (“Atom Heart Mother Suite”), pero con “If”, “Summer 68” y “Fat old sun” logré soltarme lo suficiente como superar el viaje soñoliento que se me hizo "Alan's Psychedelic Breakfast" (13 minutos). Como digo, esta fue mi primera experiencia escuchando un disco completo de Pink Floyd.
Segundo intento: “Wish You Where Here” ¡Qué cambio más radical! A pesar que el track 1, “Shine on your crazy diamond” (pt 1-5) dura 13 minutos, éstos fueron de puro trance. Escuchar los lejanos punteos de David Gilmour te relajan de forma casi absoluta. El tema funciona de forma perfecta, su atmosfera creada a base de teclados y sintetizadores, las maravillosas coristas de fondo (Vanetta Fields y Carlena Williams) y la coronación del gran Dick Perry en el saxo.
Y por fin lo entiendo. Por fin me llega el mensaje. Este también es rock, no es el rock simple y directo de AC/DC, sino el rock envuelto en una serie de capas sónicas de Pink Floyd.
“Me gusta, me gusta harto”. Que más se puede decir de este disco. “Welcome to the machine” fusiona de forma exquisita los sintetizadores con una paciente guitarra clásica. “Have a Cigar”, con un beat más clásico, casi “beatlesco”, logra dar humanizar los hasta ese entonces robóticos sonidos emitidos por los sintetizadores, transformándolos en un instrumento como cualquier otro.
“Wish you where here” es simplemente espléndida, no hay otra forma de describirla y si alguien piensa lo contrario debería hacer una cita con su otorrinolaringólogo, onda ahora mismo. A medida que el disco pasa las líneas de bajo de Roger Waters se vuelven sutiles, pero esto solo ayuda a incrementar la belleza interpretativa de este pedazo de músico. Gilmour por su parte, se vuelve magnifico con sus solos perfectamente ejecutados y con el delicado rasgueo de Wish you where here. La segunda parte de “Shine on…” (pt 6-9) no destiñe y logra confirmar la magnificencia de un álbum perfectamente concebido.
De ahí en adelante todo disco que tenía “Pink Floyd” en la tapa se me hizo un viaje placentero. Pasó el “Animals” con resultados muy parecidos al “Wish you…”, así también como el “The Wall”, “More”, “Meddle” y “Ummagumma”, siendo el momento de mayor éxtasis la primera escuchada de The great gig in the sky del maravilloso “Dark Side of the Moon”, para mí el mejor álbum de Pink Floyd. A tanto ha llegado mi gusto por esta banda que hasta los criticados últimos dos discos oficiales de la banda, “A momentary lapse of reason” y “The Division Bell” los encuentro muy, muy buenos. De hecho “Learning to fly” (track 2 del “A momentary…”) es mi canción favorita de Pink Floyd.
…Vaya, tengo canción favorita de Pink Floyd, algo impensable hace un par de años…que raro es todo esto. Raro, pero de todas formas se siente bien, demasiado bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores